RELIGIOSAS REPARADORAS DEL SAGRADO CORAZÓN
MADRE TERESA DEL SAGRADO CORAZÓN
Nuestra fundadora nace de una familia cristiana en Lima, el 8 de agosto de 1856, con el nombre de Rosa Mercedes de Castañeda y Coello. Hija de Juan Pedro de Castañeda y Hernández, y Mercedes Coello y León. Su bautizo tuvo lugar en la parroquia de Santa Ana un 30 de setiembre de 1856 en la ciudad de Lima.
Ya iniciada su infancia sintió el llamado a la vida religiosa. Recibiendo la Sagrada Comunión a los 7 años, confirmando así su deseo de ser única y completamente de Jesús. Siete años más tarde celebra el Sacramento de la Confirmación, y continúa con la educación de la que ya estaba acostumbrada.
Teniendo 16 años, el 3 de diciembre de 1872, habló por primera vez con su confesor acerca de su profundo deseo de ser religiosa, teniendo como preferencia pertenecer a las monjas clarisas. Tan solo cinco días después prometió de todo corazón consagrarse a Dios, su madre ante esta noticia le dice: “No tienes corazón, eres una hija sin entrañas, ingrata” y Madre Teresa responde:
“Este es un sacrificio que Dios me pide. No obstante todo el respeto que os tengo me permito deciros estas palabras de nuestro Señor: Quien ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de Mí.”
Después de lo sucedido ingresa a la Congregación de la Sagrada Familia.
Un 11 de marzo de 1894, nació la idea de fundar una Congregación dedicada a la Reparación y Apostolado. Surgiendo el Plan Fundacional en la capilla de la casa Madre de la Sagrada Familia (Burdeos-Francia). Desarrollando una misión de adoración ante el Santísimo expuesto en espíritu de su reparación mediante obras de apostolado, abriendo escuelas y jardines de infancia, cuidando enfermos y desarrollando misiones.
El 17 de marzo de 1895 Madre Teresa tuvo una entrevista con el Santo Padre, el Papa León XIII, en la cual dio a conocer este proyecto de reparación y apostolado.
Al conocer la situación y los deseos de nuestra fundadora el Papa respondió: Pues bien hija mía, vos iréis al Perú, pero todo el infierno se desencadenará contra vos. El demonio suscitará allí muchas contrariedades, verdaderas tempestades, pero no temas, Dios está contigo. Id adelante, avanzad a toda costa, sed religiosa. Id hija mía, yo os bendigo. Es así como se pone a redactar las primeras constituciones y luego vino la fundación el 17 de marzo de 1896 en la Alameda de los Descalzos en Lima Perú. Fue el Monseñor Antonio Baldini, Arzobispo de Lima, quien aprobó las Constituciones del Instituto y fue el 14 de mayo de 1986, fiesta de la Ascensión del Señor.
Más tarde ingresa a la Congregación de la Sagrada Familia y un 11 de marzo de 1894 le surge la idea de fundar una Congregación dedicada a la Reparación y Apostolado. Luego en la ciudad de Burdeos en la capilla de la casa Madre de la Sagrada Familia fue concebida el Plan fundacional.
Nuestra congregación se desarrolló mediante la adoración ante el Santísimo expuesto en espíritu de reparación, obras de apostolado, como abrir escuelas y jardines de la infancia, el cuidado a los enfermos y las misiones.
Se señaló una entrevista con el Santo Padre, el Papa León XIII, el 17 de marzo de 1895, en la que él le preguntó a Rosa ¿Qué deseas hacer? A lo que nuestra fundadora respondió: “Fundar un Instituto que tenga por fin la Reparación y el Apostolado”.
A lo que el Papa respondió: “Pues bien hija mía, vos iréis al Perú, pero todo el infierno se desencadenará contra vos. El demonio suscitará allí muchas contrariedades, verdaderas tempestades, pero no temas, Dios está contigo. Id adelante, avanzad a toda costa, sed religiosa. Id hija mía, yo os bendigo.”
El 9 de julio de 1985 deja Francia y vuelva al Perú, donde un año después en el primer aniversario de la memorable audiencia pontificia, a pesar de todos los obstáculos, ella con algunas de sus compañeras se establece provisionalmente en la Alameda de los Descalzos de Lima, y emite privadamente sus votos. Tomando así, el nombre de Sor Teresa del Sagrado Corazón. Fundando la Congregación de las Religiosas del Sagrado Corazón, la Casa Madre y otras comunidades en el interior del Perú.
Muere en Roma el 12 de febrero de 1950, a la edad de 93 años, después de 50 años de una dura e intensa tribulación para cumplir los designios del Altísimo.
